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Geografía
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Rumania - 4ª parte
a peculiar identidad del pueblo rumano, constituido en un islote de raíces latinas en Europa oriental, tiene su origen en la fusión de los antiguos pobladores prerromanos (Tracios o Dacios) con los romanos, que conquistaron el territorio a principios del siglo II a C. La provincia romana de Dacia empezó a sufrir sucesivas invasiones bárbaras desde finales del s. III, pero mientras que los pueblos eslavos venidos del E implantaban su lengua y su cultura en toda Europa Oriental, los pobladores de la actual Rumania consiguieron mantener su identidad de origen latino agrupados en pequeñas comunidades, incluso mezclándose con la población y la cultura eslavas.
Hacia el s. X el territorio se encontraba políticamente fragmentado por múltiples poderes feudales, hasta que fue totalmente ocupado por los magiares en el s. XIII. Un siglo después parte del territorio consiguió zafarse de la dependencia húngara mediante la creación de dos principados independientes, Moldavia y Valaquia, que más tarde constituyeron la base del moderno estado rumano. La vida de estos dos principados, sin embargo, quedó cortada en el s. XV por la invasión del Imperio otomano, a la que siguieron disputas y alternativas invasiones temporales del territorio rumano por parte de turcos, austríacos, húngaros y rusos desde los ss. XVI al XIX. No fue hasta 1861 que Valaquia y Moldavia unieron sus monarquías, y algunos años después, en 1877, fue reconocida su total independencia de Turquía, en contra de la cual luchaban junto a los rusos. Transilvania, que se había mantenido ocupada por los magiares desde el s. XIII, fue anexionada al imperio de los Habsburgo en 1691, mientras que la progresiva debilitación del Imperio otomano permitió la anexión a Austria-Hungría de la provincia de Bucovina (1775) y a Rusia del territorio de Besaravia (1812). El joven estado rumano pudo integrar a estos dos territorios tras la Primera Guerra Mundial, en la que luchó junto a los aliados vencedores (Reino Unido, Francia y Rusia), favorecido en particular por la derrota y el desmembramiento del Imperio austro-húngaro. Además, se anexionó la región de Dobrudja y parte del Banato. Gracias a todo ello, Rumania dobló la extensión de su territorio y su población. Pero las actuales fronteras del estado rumano quedaron fijadas tras el segundo conflicto bélico mundial, en el que Rumania participó en el bando perdedor.En 1938 el rey Carol II impuso una nueva Constitución, permitiendo el establecimiento de un único partido de carácter fascista. Así, Rumania se alineó con las fuerzas del Eje durante la contienda, y la U.R.S.S. ocupó rápidamente (1940) sus territorios de Besaravia y Bukovina, bajo dominio ruso antes de la Primera Guerra Mundial. Bajo presiones de Adolf Hitler y Benito Mussolini, Rumania tuvo que ceder el norte de Transilvania a Hungría, lo cual levantó una fuerte indignación popular. Los propios militares, en defensa de los intereses de las clases dominantes, obligaron al desprestigiado rey a abdicar en favor de su hijo Miguel, que se convirtió en un títere de la política de Berlín, y en 1940 permitió la ocupación del país por parte de las tropas alemanas.
Poco antes del fin de la guerra (1944), Rumania cambió repentinamente de bando, aliándose a los soviéticos, lo que le permitió mantener su independencia. Tras la guerra Rumania tuvo que ceder nuevamente a la antigua U.R.S.S. los territorios de Besaravia y Bucovina Septentrional, así como Dobrudja meridional a Bulgaria. Ello dejó al estado rumano en una situación parecida a la del resto de Europa del este, es decir, con una composición étnica y cultural bastante heterogénea y un territorio nacional indefinido. Ejemplo de ello es que, tras la desintegración de la Unión Soviética, cada vez son más las voces que se alzan en Rumania en favor de una integración del territorio de Moldavia (antigua Besaravia), aunque oficialmente el Estado no se pronuncia sobre este sentimiento nacionalista popular.Además del establecimiento de las actuales fronteras, tras la Segunda Guerra Mundial se dio en Rumania la implantación de un régimen de organización política socialista, aboliéndose la monarquía en 1947 y proclamándose la República Popular, que más tarde, en 1965, se convirtió en República Socialista. Con la rápida nacionalización de los principales sectores productivos y la unificación de los partidos socialdemócrata y comunista, el país entró en una fase de sovietización, bajo la dirección del líder del Partido Comunista Rumano, Gheorghe Gheorghiu-Dej. La muerte de Josif Vissarionovi1 D7ugašvili Stalin en la Unión Soviética, permitió en Rumania un cambio en las altas esferas de poder, que originó la ascensión de Nicolae Ceaucescu como primer dirigente. Ceaucescu se distanció relativamente de la política soviética, autoexcluyéndose del Pacto de Varsovia y de la intervención militar de 1968 en Checoslovaquia. Ello le permitió un mayor acercamiento comercial a Europa occidental, aunque su política de empecinado autarquismo y obsesión por cancelar la deuda externa terminaron por llevar al país a una caótica situación económica.
En política interior Ceaucescu practicó un férreo y cruel autoritarismo sustentado en el terror y la represión policial. El empeoramiento de las condiciones de vida, los forzados movimientos internos de grandes contingentes de población, la represión política y la persecución de la minoría húngara durante los años 80, culminaron en diciembre de 1989 en un cruento levantamiento popular cuyo foco principal se dio en la ciudad de Timisoara, y que fue apoyado por el propio ejército. La oposición al régimen estaba encabezada por antiguos miembros del Partido Comunista agrupados en el seno de un Frente de Salvación Nacional (FSN), de 145 miembros, que funcionaba como Parlamento interino. Antes de finalizar el año, el FSN proclamó a Ion Iliescu como nuevo Presidente de la República y a Petre Roman como primer Ministro. Ya en 1990 el FSN fue transformado en el Consejo para la Unidad Nacional, integrado por 153 miembros procedentes de los más de 20 partidos políticos existentes. El proceso revolucionario se encaminó hacia la consecución de un estado democrático, con un sistema político multipartidista. Así, las primeras elecciones libres se celebraron en mayo de 1990, con el triunfo de los candidatos del FSN. Los nuevos dirigentes eliminaron los métodos centralistas de gestión económica, para encaminarse lentamente hacia el sistema económico capitalista. Se liberalizó la propiedad privada y se garantizaron las libertades civiles y la igualdad de derechos para las minorías.En diciembre de 1991 fue aprobada en referéndum una Constitución democrática, boicoteada por amplios sectores de la oposición, que convirtió a Rumania en un Estado Democrático de Derecho. Las elecciones legislativas y presidenciales de setiembre de 1992, celebradas simultáneamente, otorgaron una amplia mayoría al Frente Democrático de Salvación Nacional (FDSN), escisión del FSN que lidera el presidente del país, Ion Iliescu. Esta circunstancia augura en Rumania un continuismo político partidario de cambios poco acelerados, además de una cierta estabilización de la situación política. En economía, se ha buscado el apoyo de la Comunidad Europea.
En julio de 1993, el gubernamental FDSN se fusionó con el Partido Socialista Democrático de Rumania y el Partido Republicano, convirténdose en el Partido Socialdemócrata de Rumania (PSDR). En octubre de 1993, Rumania entró a formar parte del Consejo de Europa, tras convencer a Hungría de que los derechos linguísticos de la comunidad húngara en Rumania serían respetados. En agosto de 1994, Bela Marko, líder de La Unión Democrática Húngara de Rumania (UDHR), reclamó la constitución de áreas territoriales donde la comunidad húngara controlara la política cultural y educativa.